jueves, 12 de marzo de 2009


"Importancia de la Comunicación en los Procesos de Desarrollo"


El lenguaje es utilizado por los seres vivos en general pues se constituyo como herramienta importante en el momento de comunicarse, pero haciendo referencia más específicamente al ser humano, hombre o mujer, es decir cuando este es atribuido como exclusivo de la especie humana como instrumento que crea relaciones, es importante citar al autor Rafael Echeverría quien sostiene que: “la realidad es a partir del lenguaje y que éste es como una danza en la que unas veces escuchamos y otras hablamos, ambos son acciones activas siempre y cuando nos hacemos cargo de nuestro interlocutor; de este modo nos abrimos a él como un ser diferente con su propia historia y su propia visión del mundo”.


Esta ontología del lenguaje podría ser la clave para que la comunicación estratégica tome su rol dentro del cambio social que necesita el mundo y que a partir de este se renueven las acciones dirigidas al desarrollo; en general de los sectores menos favorecidos que no han logrado sus metas: elevar el nivel de vida, incrementar la democracia, incrementar el índice de desarrollo humano, entre otros; porque se ha favorecido desde las políticas mundiales al mercado antes que a la cultura, que a lo individual y lo colectivo, pues hay una fuerte confusión frente al tema de crecimiento económico visto como desarrollo que no es otra cosa que el incremento en los índices económicos como lo es el PIB(producto interno bruto) entre otros; en done se cree se refleja el desarrollo, cuando es este un tema que compromete al ser humano y el sistema sea físico o natural donde se desarrolla.


Es por esto que se sabe que el modelo clásico es ineficiente y que necesita ser estructurado nuevamente para asegurar la equidad dentro y entre las naciones para asegurar un desarrollo democrático y generalizado. Y es que los actores sociales y la misma comunicación están en deuda con el desarrollo puesto que esta ha sido marginada de los planes, programas y proyectos encaminados al desarrollo o ha sido demandada desde una mirada derrochadora como una operación de difusión y propagación de información, asignándole recursos en esa misma línea. Este hecho ha provocado la desvalorización de la comunicación en su perfil estratégico; por lo que la comunicación para el desarrollo se ha tornado en la simple relación lineal de emisor-mensaje-receptor sin trascender los límites de la comunicación como herramienta para crear procesos de conciliación ante los conflictos suscitados por la resistencia de los actores sociales comprometidos y beneficiados en los planes institucionales.


Desde la experiencia podríamos afirmar que la comunicación para el desarrollo se convierte en estratégica cuando se asume como canalizadora de iniciativas creativas para reducir la pobreza, para incidir en política públicas o para ejercer la libertad de expresión con equidad; desde que desempeñe un rol integrador para el análisis de los ámbitos económicos, sociales y políticos de la comunidad (o del sujeto); pero sobre todo desde que se la asume como catalizadora del diálogo entre culturas en el espacio público. Entonces la comunicación para el desarrollo despliega sus estrategias para convertirse en facilitadora de la participación ciudadana y la movilización social, no sólo para encontrar soluciones al subdesarrollo, sino también para fortalecer los sistemas democráticos imprescindibles para alcanzar el bienestar común con justicia y equidad.


La comunicación estratégica es una herramienta que puede contribuir a lograr los objetivos y alcanzar las metas que se esperan como resultado de los proyectos de desarrollo. Esta busca lograr un cambio en el comportamiento y prácticas establecidas por las personas involucradas en el proceso, pero para generar estos cambios es necesario entender los obstáculos y las barreras que impiden la adopción de las nuevas prácticas, además de la lógica que tiene el comportamiento de la población.

Es imposible pensar en relaciones humanas sin tener en cuenta la cultura, aspecto inherente donde cada ser humano se relaciona con otros. En este mundo dinámico, no nos queda más que apostar por el diálogo intercultural, entendido como el espacio abierto, respetuoso para el encuentro, para la interacción de las diversidades de modo que dé lugar a relaciones democráticas y equitativas, constructoras del desarrollo integral y colectivo.

En este marco las estrategias de la comunicación para el desarrollo deben combinar modos y herramientas capaces de propiciar la expresión ciudadana y dar cuenta de la cultura desde la cual se manifiestan los ciudadanos, por tanto deben ser dinámicas, flexibles y adaptables, “Por lo mismo, las estrategias comunicación para el desarrollo más exitosas son aquellas que fortalecen los propios canales de comunicación tradicionales, amplificando las voces locales y anclándose en la cultura.” (Gumucio, 2000).


Por otra parte, si la comunicación para el desarrollo privilegia la relación cercana con los actores sociales, sus estrategias resaltan los procesos constructivos y colectivos durante el cual los sujetos participan activamente.


En Colombia, los segmentos de la población excluida del desarrollo se han rebelado por las asimetrías y han cuestionado los sistemas y políticas de desarrollo, pero también de comunicación y difusión, en particular, de los medios masivos, asunto que los países están considerando y buscando las formas de resolver. Beltrán propone como ruta apropiada la educación, la sensibilización. “La educación masiva - cifrada, sin duda, en la comunicación - es ahora fundamental para asegurar un desarrollo económico con equidad social. En otras palabras: alimentos con justicia, prosperidad con libertad y modernidad con paz”. (Beltrán, 1993, 18).


Para concluir podría mencionar que las decisiones y las soluciones a los problemas de subdesarrollo ciertamente deben apuntar a cambios sociales, políticos, económicos e incluso, culturales; la comunicación para el desarrollo, la democrática y la intercultural tiene todas las condiciones para contribuir con este cometido, tiene y recrea estrategias y herramientas necesarias para implementar los cambios que, sin embargo, sólo serán sostenibles si el deseo de cambiar nace de la propia comunidad.


El conocimiento y la información son factores esenciales para que las personas puedan sacar provecho de las oportunidades y desafíos que plantean los cambios sociales, económicos y tecnológicos, sobre todo aquéllos que contribuyen a mejorar la productividad agrícola, la seguridad alimentaria y los medios de vida de la población. Pero para que sean útiles, el conocimiento y la información deben ser comunicados eficazmente a las personas.


BIBLIOGRAFIA:

Beltrán, Luis Ramiro (1993) COMUNICACION PARA EL DESARROLLO EN LATINOAMERICA Una Evaluación Sucinta al Cabo de Cuarenta Años


Gumucio Dragón, Alfonso (2000) El cuarto mosquetero: la comunicación para el cambio social, www.communicationforsocialchange.org